La Argentina es uno de los países con mayor extensión territorial de América del Sur. También es conocido por ser el país donde surgió la gran inmigración italiana, influyendo así en la cultura argentina y, por supuesto, en su cocina. El argentino medio no sólo lleva un apellido italiano, sino que también come alimentos que se originan en la cultura italiana, pero ya con algunas variaciones que refuerzan su identidad cultural. En este artículo discutiré la influencia italiana en la cocina argentina. 

Como en la mayoría de los países latinoamericanos, la cultura argentina es el resultado de una mezcla de cultura española e indígena. Sin embargo, durante el siglo XIX, surgió la gran inmigración italiana a Argentina. Esta inmigración fue el resultado de varias causas que ocurrieron en el continente europeo y que afectaron, de manera económica, al país italiano. 
Esto hizo que, entre los siglos XIX y XX, muchos italianos se vieran obligados a abandonar su país y cruzar el océano en busca de nuevas oportunidades. La mayoría de los inmigrantes pisaron suelo argentino e influyeron completamente en sus habitantes, desarrollando así sus propias costumbres, tradiciones, idioma y habilidades. 

Por esta razón se estima que una gran parte de la actual población argentina desciende de inmigrantes italianos. Muchos de ellos tienen apellidos italianos. 

Y así como influyó en sus tradiciones, también influyó en su gastronomía. Una de las comidas populares en Argentina que tiene influencia italiana es la "pizza argentina". Esta pizza se consume principalmente en la capital del país, donde hay un gran número de pizzerías cuyos dueños son de ascendencia italiana. 

La "pizza argentina" se caracteriza por su base de masa más gruesa o, como la llaman, la "media masa". El ingrediente más común de esta pizza es el queso mozzarella, que puede ser variado con el agregado de aceitunas, rodajas de tomate, jamón y pimientos. Otra comida argentina con influencia italiana es la fugazzetta. Esta comida fue inventada por Juan Bachero, hijo de un cocinero genovés llamado Agustín Banchero que, en 1893, abrió una panadería llamada "Riachuelo" en el barrio de La Boca de Buenos Aires. No sólo ofrecían pizzas, sino que también innovaban y creaban nuevos platos para hacer crecer su negocio. La fugazzetta es considerada una variante de la pizza, pero con una mezcla de "focaccia" o "fugazza". Su presentación consiste en dos discos de masa rellenos de queso y cubiertos con abundante cebolla. Otro invento de Juan Bachero es la fugazza con queso, que consiste en una masa de pan cubierta con cebollas, queso y aceitunas. 



Y como estamos hablando de la gastronomía argentina con influencia italiana, no hay que olvidar las pastas o los fideos. Hay varios tipos de pasta, los más comunes son los fideos con tuco y queso rallado. Suena como una típica comida italiana, pero tiene la variante de que los argentinos la comen con pan blanco, algo que el italiano promedio no haría. 

La razón por la que los argentinos consumen la pasta con el pan es porque, durante un tiempo, el costo del pan era relativamente bajo y, debido al exceso de tuco, luego usaban el pan para absorber el exceso. Por el contrario, en los países europeos el costo del pan era muy alto, por lo que no lo usaban como acompañamiento de las comidas diarias. 

En cuanto a la clasificación de la pasta, se puede dividir en tres: pasta seca, pasta fresca y pasta rellena. La pasta seca sería la pasta seca, que es la más común porque es fácil de cocinar y preparar. Los más conocidos son los fideos. En cuanto a la pasta fresca, también hay fideos, ñoquis, espaguetis, entre otros. Y la pasta rellena son los ravioles, aunque por sus características perecederas también se clasifica como pasta fresca. 

En general, a la pasta se le añade salsa roja o tuco con queso rallado. Sin embargo, también se pueden añadir otros tipos de salsas, como la blanca, la rosa, la putanesca, la portuguesa, la pomarola y la bechamel. Aunque no se añade carne a la pasta italiana original, los argentinos suelen acompañarla con carne asada. En este caso suelen añadir salsa a la parrilla o salsa criolla. La salsa criolla consiste en una mezcla de cebolla picada, pimiento rojo, tomates, vinagre y aceite. 

Y finalmente, otro alimento italiano muy consumido en Argentina es la polenta, que consiste en una mezcla de harina de maíz hervida y cuya textura es similar al puré de papas. Este plato se suele comer en climas fríos y suele acompañarse de tuco y queso rallado. La polenta contiene muchas calorías y vitamina B, lo que la convierte en un plato vigorizante. Es por eso que en Argentina es común utilizar la frase "hay que tener polenta" como sinónimo de ser fuerte o feliz. 

En conclusión, la cultura italiana ha influido en la gastronomía argentina. Sin embargo, ha variado a lo largo del tiempo, formando así una diferencia entre la comida italiana y la argentina y marcando así su propia identidad cultural.