Gobierno

El presidente es Mauricio Macri desde el 10 de diciembre de 2015. Está en el centro-derecha y tiene la intención de impulsar grandes reformas, especialmente económicas. Hasta ahora, la inflación se ha reducido a la mitad y la imagen de Argentina en la escena internacional se ha restaurado; sin embargo, la corrupción de las elites, la disminución de las exportaciones de petróleo y la falta de competitividad en el sector de la industria frenan estos progresos. Además, el país está dividido en 23 provincias que tienen recursos muy desiguales y son bastante independientes en su administración. Por lo tanto, los gobernantes no dudan en ir en contra de la directiva nacional para defender los intereses regionales, frente a la extrema centralización de los poderes económicos y políticos que siempre favorecen a Buenos Aires. Este es el caso de los últimos tres siglos.

Una importante interrupción del ciclo democrático moderno se ha producido entre 1976 y 1983, cuando reinaba la junta militar del General Videla. La dictadura se detuvo en 1982 con la derrota de la guerra de los Malouines contra Inglaterra.

El voto es obligatorio, sólo los menores de entre 16 y 18 años a los que se les permite votar desde 2012 no están obligados a hacerlo. La política es tan popular como el fútbol en Argentina, y similar en el sentido de que las reglas existen y se establecen pero nadie las respeta realmente en el campo. Los métodos de corrupción durante las campañas son totalmente conocidos por todos e impiden la expresión de la democracia. Durante una votación no se escucha la voz de la gente, sólo la voz de los que gritan más fuerte. Existe una oposición estructural entre las personas que dependen del Estado para trabajar (3,5 millones de personas según el gobierno argentino) y los trabajadores del sector privado.